Leer y escribir

Lo que primero no es enseñan desde pequeñitos y que, poco a poco, vamos dejando de lado. Pronto aparecen en nuestras vidas las series, las películas y los videojuegos, y aunque algunos pocos como Harry Potter o El Capitan Alatriste intentan hacerles frente, muy pocas veces ganan las batallas.

Aquí tenéis a un amante de la PS3, que ha crecido con Bola de Dragón, practicando el Kame Hame Ha y la catapulta infernal. Un niño que buscaba a los Caballeros de la Mesa Redonda para hacer frente a Sephiroth, pero que a la vez sabía quién es el Pequeño Vampiro o que El Barco de Vapor realmente no se podía meter en el agua.

Porque, en cierto modo, las cosas no tienen porqué estar reñidas. Siempre me ha gustado escribir (prueba de ello es este blog) y me encanta pasar un rato en una librería. Pero de igual modo me gasto las fortunas (que no son muchas) en las últimas novedades de Sony, en periféricos o en pijadas para el móvil.


Y cuando dejo de leer por una temporada, lo noto. Lo noto porque entonces se me hace más difícil escribir. Lo noto, porque se echa de menos. Un momento genial era el metro, que ahora he perdido. Así que tendré que robarle tiempo a Sir Drake para saber qué pasó después de Los Pilares de la Tierra.

Porque se puede compaginar. Porque si te gusta, se debe compaginar. El frikismo, la tecnología, las consolas, la cerveza, salir, los libros, el fútbol, el blog, el trabajo, el cine... en resumen, hay que hacer un hueco a las pantallas y a las páginas. Al fin y al cabo, en muchas ocasiones, unas provienen de las otras, así que no conviene maltratar a ninguna de ellas.

Un saludo!