miércoles, 15 de octubre de 2008

¿Público o privado?

Esta pregunta se puede aplicar a muchos aspectos del día a día, pero hay uno que, por ciertas circunstancias, cercanía, o, simplemente, información, me viene a los oídos frecuentemente: la sanidad. ¿Pública o privada?

 

Tantas consideraciones entran en juego en este debate. La verdad es que yo siempre he estado muy "contento" con la Seguridad Social (SS), entre comillas para recalcar que estoy todo lo contento que se puede estar.

 

¿Cuál es el principal problema de esto? El dinero. Y esto nos lleva a nuestra conclusión favorita desarrollada entre rebujito y rebujito: El dinero es una mierda.

 

Porque en sanidad hay que invertir mucho dinero, y no devuelve nada. Y eso a la gente le cuesta. Soltar billetitos y recibir "nada más" que un beneficio social, no calculable en una cuenta corriente… cuesta. Así que se intenta hacer esto, aquello, trampas, triquiñuelas… vamos, que se hace "mal". Y lo pongo entre comillas, porque no es algo de lo que se tenga una solución sencilla para hacerlo bien.

 

Así, nos encontramos con que al ser pública, todo el mundo tiene derecho a ser atendido. Cotice o no. Primer dilema: Moral. ¿Quién le dice a alguien que va a un hospital que no le va a atender?

 

Además, no es fácil discernir. Las personas, cuando vemos que algo es "gratis" (porque NO lo es… en la nómina se ve claro) nos aprovechamos de ello. Así urgencias se satura de dolores de uña del dedo gordo del pie. Segundo dilema: Racionalidad. La masa… no es racional.

 

Y, como no mola eso de invertir y gestionar algo que no reembolsa, se meten empresas privadas por el medio. Así que tienes un organismo público, el Ministerio, gestionando un servicio público, la SS, a través de una empresa privada (en algunos casos). Tercer dilema: Una empresa privada SIEMPRE va a buscar beneficio…

 

Resultado: Tenemos los mejores especialistas, ya que nuestros personal sanitario está muy bien valorado en el mundo. Tenemos un sistema que te puede solventar teóricamente casi cualquier problema de salud, pero que se queda en la teoría. Los profesionales no pueden desarrollar bien su trabajo, ya que no hay instalaciones, tiempo ni dinero. Los usuarios navegan en papeleos, listas de espera y puertas de urgencias con salas de espera. Y los seguros privados van ganando terreno. Pero uno no puede dejar de cotizar a la SS.

 

No es una crítica, ya que el problema es complicado. No es del todo una queja, ya que la SS siempre me ha resuelto los problemas que he tenido… y de un sistema de salud espero, ante todo, efectividad (que no eficiencia). Es decir, que esto malo… que me curen. El segundo paso ideal sería que encima me hiciesen estar a gusto. No es una "iluminación", ya que sé que mucha gente conoce este problema. Es, simplemente, una exposición.

 

Espero que algún día este sistema, tan perfecto en la teoría, llegue a ser tan perfecto en la práctica. Por ellos (los médicos, enfermeras, celadores…), por nosotros. Aunque… no pinta bien.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si yo te contara cosas de esta sanidad... pufff.

Estoy de acuerdo contigo en que este tema es fanganoso, pero creo que en esta exposicion tienes mucha razon.

Pedro dijo...

Zank you;););)

Manu dijo...

Bueno bueno..
yo diría que algo de crítica si que hay, con toda la razón... El tercer dilema en concreto vamos a disfrutarlo o sufrirlo en Madrid concretamente. Y por como van las cosas hasta ahora, como tú dices, no pinta nada bien =/