Ingenuo de mí. Creía que tras la historia contada hace unas semanas en el blog sobre mis andanzas con Timofónica todo estaría resuelto. Pero no, su mayor arma es la desesperación que consiguen causar en el usuario... y a mí casi me cuesta una multa, y un exceso de presión arterial.
Después de todo lo acontecido (si estás perdido te recomiendo leer el post en el que comenzó todo...) creíame (palabreja fuera de la RAE) yo titular de mi contrato. Al ir a hacer la gestión me encuentro con el primer problema: Las personas de la tienda han "perdido o roto" (palabras textuales) mi documentación. Suspiro. Suspiro. Suspiro. Venga, va, la llevo OTRA VEZ.
Me vuelven a llamar... que hay un problema con mi DNI. "Bueno, pues voy a llamar a mis amigos". Después de hablar con una operadora me dice que vuelva a mandar al mismo fax los mismos documentos que envié el 3 de Septiembre (es lo bueno del fax, que tiene acuse de recibo). Intento explicarle a esta persona que ya lo he enviado, pero entra en bucle: "No lo tenemos, sería a otro departamento. No lo tenemos, sería a otro departamento...". Así que, para no perder la costumbre ni el ritmo, nombre y apellidos en mano, pido que me pasen con el departamento de reclamaciones.
Al día siguiente me dispongo a mandar de nuevo la documentación (sí señores, sí... los pantalones por el suelo...) pero me digo... vamos a llamar otra vez!!. No sé, ya le había cogido el gustito. Me pasan con un señor bastante razonable, se lo explico, me explica, y me dice... señor, ya hemos desbloqueado sus datos, puede proceder a realizar su gestión.
Y efectivamente!! He aquí un nuevo ejemplo de una persona eficaz!! ¿Por qué no me pasaron con ese señor la primera vez? ¿Por qué la señora anterior no puedo realizar lo mismo que a éste le tomó cinco minutos? ¿Por qué trabajas en atención al cliente, si pasas de atender al cliente?
Moraleja: Si puedes, llama dos veces :)
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